Antiguo Reloj de Bolsillo de Plata Maciza, Firmado Mazzantini, Suiza, 1890

 


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    Antiguo Reloj Suizo en Plata, ca. 1890    
     

Antiguo Reloj de Bolsillo de Plata Maciza, Firmado Mazzantini, Suiza ca. 1890


Referencia: BO-E-425



Este espléndido reloj de bolsillo suizo en plata, fechado circa 1890 y firmado en la esfera como Mazzantini, representa a la perfección la elegancia sobria y rotunda de la relojería helvética de finales del siglo XIX. Con su imponente tamaño de 55 mm, la pieza transmite una presencia majestuosa y un encanto atemporal que cautiva al instante, ofreciendo al coleccionista una combinación magnífica entre estética refinada y solidez mecánica. Su caja, completamente contrastada y conservada en excelente estado, muestra elaborados grabados en todas las tapas y en el canto, junto con un escudo central destinado a iniciales, manteniendo la armonía decorativa típica de la orfebrería relojera suiza.

La esfera esmaltada, impecable y libre de fisuras, capta la atención por la pureza de su superficie y la finura de su diseño. Presenta números romanos intensos, minutería exterior en rojo y una subesfera de segundos a las seis que funciona con elegancia y precisión. Las manecillas caladas en tono cobrizo, delicadamente trabajadas, aportan un aire romántico y tardovictoriano que realza la personalidad de la pieza. Cada elemento de la esfera refleja un cuidado estético que se mantiene sorprendentemente fresco a pesar de sus más de 130 años.

Una de las características más atrayentes es la magnífica tapa guardapolvo, enteramente grabada con motivos geométricos y ornamentos ondulados, acompañada de inscripciones en francés que describen sus cualidades: Aiguille Indépendante, 15 Rubis, Remontoir, Mazzantini Genève, Nº 66714. Estas inscripciones, habituales en los relojes de calidad de la época, resumen algunas de sus funciones esenciales. Aiguille Indépendante indica que el reloj posee un segundero independiente situado en una subesfera propia, una característica muy apreciada en su tiempo porque permitía leer los segundos con mayor precisión. 15 Rubis hace referencia al número de rubíes sintéticos utilizados en el movimiento como cojinetes para reducir fricción y desgaste; cuantos más rubíes, mayor suavidad y durabilidad ofrece la mecánica. Remontoir señala que el reloj se da cuerda mediante corona, y no con llave, un sistema moderno para la época que aportaba comodidad y fiabilidad al usuario. Este nivel de detalle confirma un artículo orientado a un cliente exigente y revela la intención del fabricante de situarlo en una categoría superior dentro de la relojería accesible de la época.

El movimiento, protegido por cristal, un lujo solo habitual en modelos de gama alta, es un excelente ejemplo del llamado Roskopf mejorado. Aunque deriva de la arquitectura del sistema Roskopf, está muy por encima de sus versiones básicas gracias a la presencia de 15 rubíes, un escape de áncora suizo, volante con tornillos, puentes separados y un perlaje fino en la platina. Estas mejoras lo posicionan en esa categoría superior tan apreciada por los coleccionistas actuales: robusto, fiable, bien acabado y fiel al espíritu práctico del sistema original, pero con un salto notable en calidad y precisión. La disposición del tren de ruedas y la configuración del puente concuerdan de forma exacta con los movimientos producidos entre 1885 y 1905. El estado del mecanismo es excelente: limpio, sin óxido, bien ajustado y funcionando con suavidad.

Este reloj quedará precioso en una colección dedicada a relojería suiza del siglo XIX, no solo por su carácter y elegancia histórica, sino también por la personalidad única que aporta gracias a sus detalles artesanales y al magnetismo silencioso de su presencia. Es una pieza irresistible tanto por su estética refinada como por su mecánica optimizada, capaz de transmitir una serenidad especial al sostenerla entre las manos, como si compartiera con su nuevo dueño un fragmento íntimo del tiempo vivido. Su tacto, su peso equilibrado y el sonido suave de su marcha despiertan una emoción auténtica que conecta de inmediato con quienes aman los objetos con alma. Resulta un regalo extraordinario para alguien especial, porque no solo se regala un reloj, sino que se regala historia, memoria y belleza. Es una adquisición profundamente significativa para cualquier amante de la relojería antigua, pues toca la fibra sensible y aporta esa sensación de plenitud que solo se experimenta al incorporar a la colección una pieza verdaderamente excepcional.

Medidas: 55 mm de diámetro.

Historia del Reloj de Bolsillo Suizo de Finales del Siglo XIX

A finales del siglo XIX, la industria relojera suiza experimentó una transformación decisiva que combinó tradición artesanal, mejoras técnicas y producción en series más amplias. Durante este periodo, los relojes de bolsillo se consolidaron como elementos esenciales tanto para profesionales como para particulares, y el mercado europeo demandaba piezas robustas, fiables y con una estética cuidada. Esto generó la aparición de mecanismos intermedios, conocidos como “Roskopf mejorados”, que equilibraban la simplicidad constructiva con una notable mejora en precisión y acabados. Este tipo de calibres surgió como respuesta al éxito del sistema Roskopf original, diseñado para ofrecer relojes asequibles pero funcionales; sin embargo, los talleres suizos pronto vieron la oportunidad de elevar su calidad añadiendo más rubíes, incorporando escapes de áncora y refinando el aspecto decorativo.

En este contexto proliferaron distribuidores como Mazzantini, comerciantes con sede en Ginebra o en otras ciudades suizas que distribuían a manufacturas especializadas, firmando ellos mismos las esferas para llegar a un público más amplio. Esto explica por qué muchos relojes de la época presentan nombres comerciales en lugar de marcas de manufactura, un detalle que hoy añade interés histórico y valor documental. Los relojes con cajas de plata 0.800 profusamente grabadas eran una opción habitual para clientes que deseaban un objeto elegante sin alcanzar los precios estratosféricos de la alta relojería.

El desarrollo de estos relojes coincidió con una época donde la precisión comenzaba a ser un estándar de calidad, impulsando la mejora de los sistemas de remonte por corona, la aparición de segunderos independientes y la creciente incorporación de rubíes en los mecanismos. Poseer hoy un reloj de este tipo significa resguardar un capítulo importante de la evolución relojera, un testimonio de innovación, dedicación y excelencia artesanal que definió la identidad de Suiza como capital mundial de la relojería.


Precio : 490 €
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