Antiguo Reloj de Bolsillo Murillo. Gran Formato en Plata. Suiza, circa 1890

 


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    Antiguo Reloj de Bolsillo Murillo, Suiza 1890    
     

Antiguo Reloj de Bolsillo Murillo de Gran Formato en Plata. Suiza, circa 1890


Referencia: BO-E-424



Este antiguo reloj de bolsillo suizo en plata, firmado por Murillo Genève y fechado circa 1890, destaca por su imponente presencia, su fina decoración grabada a mano y su impecable funcionamiento. Se trata de un espléndido ejemplar de la relojería ginebrina de gran formato, 63 mm, y de finales del siglo XIX, una época en la que los talleres independientes producían piezas de gran belleza combinando la robustez mecánica con un refinamiento estético cada vez más apreciado. El reloj conserva todo el encanto de esta tradición: una caja de plata 0,800 muy grande, un movimiento suizo de 15 rubíes con escape de áncora y una esfera ricamente trabajada que resalta por sus tonos plateados y detalles dorados. Cada elemento muestra coherencia, armonía y una clara intención artesanal que aún hoy transmite elegancia y autenticidad.

La caja, imponente con sus 63 mm, es un verdadero lienzo de grabado suizo. En una de las tapas aparece una cartela lisa preparada para iniciales, rodeada por motivos florales ejecutados con una profundidad exquisita; en la otra tapa se despliega un paisaje alpino con casas y montañas que refleja el gusto decorativo de la época. Las tres tapas, delantera, posterior y guardapolvo, llevan contrastes oficiales suizos perfectamente visibles, confirmando que se trata de plata 0,800. El interior luce un delicado guilloché concéntrico, mientras que la tapa guardapolvo sorprende con su composición circular grabada: Murillo Genève, 15 Rubis, Ancre, Remontoir, Ligne Droite, junto al número de caja 176309, que coincide con el de la estructura principal.

La esfera es igualmente detallada, con numeración romana negra, decoraciones argenté, zona central en relieve y apliques dorados que aportan brillo y profundidad. Las agujas azuladas tipo Breguet añaden un toque clásico y refinado que realza aún más la composición. Los cristales están perfectos, sin fisuras ni marcas, y las tapas cierran de forma precisa y hermética. Todo ello contribuye a un reloj que no solo luce bien, sino que transmite solidez y continuidad técnica.

El movimiento suizo, visible bajo cristal protector, mantiene la estética tradicional de los ébauches ginebrinos del último cuarto del siglo XIX: tren de ruedas bien dispuesto, regulación micrométrica, rubíes engastados y un escape de áncora suave y estable. Se conserva limpio, íntegro y en excelente funcionamiento, manteniendo perfectamente la hora, característica muy buscada tanto por coleccionistas como por amantes de la relojería clásica. El hecho de que tanto el movimiento como la caja estén firmados Murillo refuerza su coherencia histórica y añade valor a la pieza.

En definitiva, una pieza excepcional para quien valore la estética, la mecánica y la autenticidad. Su gran formato, su magnífico estado, su decoración a buril y su funcionamiento impecable lo convierten en un reloj ideal para regalar, para iniciar una colección con fuerza o para ampliarla con un ejemplar con verdadera personalidad. Es un objeto que emociona, que cuenta una historia y que está listo para seguir acompañando a su próximo propietario durante muchos años.

Medidas: 63 mm.

Historia de Murillo y la relojería suiza de finales del siglo XIX

La historia de este reloj se entrelaza con la tradición relojera de Ginebra, una de las ciudades más influyentes en el desarrollo de la relojería europea desde el siglo XVIII. Durante la segunda mitad del siglo XIX, Suiza vivió un periodo de extraordinaria actividad relojera gracias a la combinación de talleres independientes, especialistas artesanos y pequeños comercios que ensamblaban piezas de alta calidad firmadas con sus propios nombres. Entre ellos se encontraba Murillo, un establecimiento activo en las últimas décadas del siglo XIX cuya producción, aunque menos documentada que la de las grandes manufacturas, mantiene todas las características propias de la escuela ginebrina.

El sistema de producción suizo de la época era fragmentado: un fabricante realizaba la ébauche, otro la caja, otro el grabado, y finalmente un relojero ensamblador ajustaba el conjunto y lo firmaba. Este método permitía lograr relojes con una identidad estética marcada y un nivel técnico notable, combinando esfuerzos de diferentes oficios especializados. Murillo, como ensamblador o comerciante, seleccionaba buenos movimientos, encargaba cajas de plata de calidad y aplicaba una imagen visual característica destinada tanto al mercado local como al internacional. Su actividad forma parte de la corriente de relojeros de Ginebra que, aunque no figuran en grandes anuarios industriales, contribuyeron decisivamente a la expansión del reloj suizo de exportación.

Los relojes firmados Murillo que han llegado hasta nuestros días comparten rasgos comunes: plata 0,800 o 0,900, movimientos robustos de 15 rubíes, esferas ornamentadas y guardapolvos grabados con abundante iconografía técnica. Este conjunto convierte las piezas Murillo en excelentes representantes del tejido artesanal ginebrino, testimonios de un periodo en el que estética y precisión convivían de manera armoniosa. Hoy, estos relojes son cada vez más valorados por coleccionistas que desean piezas auténticas, coherentes y con un fuerte arraigo histórico.


Precio : 570 €
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