Antiguo Reloj de Bolsillo Longines con Cronómetro. Plata. Suiza, 1905-1910

 


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    Antiguo Cronógrafo Longines, 1905-1910    
     

Antiguo Reloj de Bolsillo Longines con Cronómetro. Plata 900. Suiza, 1905-1910


Referencia: BO-E-423



Este antiguo reloj de bolsillo Longines con cronógrafo, fabricado en Suiza entre 1905 y 1910, y en perfecto estado de funcionamiento, es una pieza que transmite la elegancia técnica de una época dorada para la relojería de precisión. Su presencia cautiva desde el primer instante: la caja de plata 0.900, impecablemente conservada, ofrece un brillo sedoso y puro que apenas parece haber conocido el paso del tiempo. Al sostenerlo en la mano, se percibe esa solidez clásica que sólo las manufacturas históricas podían lograr, combinando belleza y precisión en un equilibrio perfecto que hoy resulta casi imposible de reproducir.

La esfera esmaltada blanca, en estado excepcional, despliega dos registros de cronógrafo dispuestos con armonía: contador de minutos a las 12 y pequeño segundero a las 6. Los números árabes pintados mantienen su nitidez original, mientras que las agujas azuladas térmicamente añaden un toque delicado, sofisticado y profundamente representativo del diseño suizo de principios del siglo XX. Todo encaja con la autenticidad que distingue a Longines durante este periodo, cuando sus cronógrafos ganaron reputación mundial por su rendimiento cronométrico.

La tapa trasera luce el famoso grabado “Grand Prix Paris 1900”, un motivo decorativo que Longines sólo aplicaba a sus mejores relojes y que recuerda el prestigio internacional de la marca tras obtener el gran premio en la Exposición Universal de París. Al abrir las tapas interiores, los contrastes y el sello EFCo Longines, con el emblemático reloj de arena alado, confirman sin duda la autenticidad absoluta de la pieza, reforzada por su número de serie perfectamente visible. El movimiento, un soberbio cronógrafo de rueda de pilares, ajustado con precisión de categoría cronómetro, se presenta en un estado sorprendentemente limpio y brillante. Combina una arquitectura de platina plateada con palancas doradas, ofreciendo un espectáculo visual que fascina a cualquier amante de la mecánica fina. La ejecución técnica está muy por encima de la media de los cronógrafos contemporáneos, algo que hoy no pasa desapercibido a los coleccionistas.

El funcionamiento es sencillamente perfecto: marcha estable, cronógrafo suave y preciso, reseteo instantáneo y una sensación general de máquina nueva, como si hubiese quedado detenida en el tiempo esperando a su próximo propietario. Este nivel de conservación, tanto estético como mecánico, es extremadamente raro en relojes de más de un siglo .

Este Longines no es sólo una pieza de colección sino que añade carácter a una vitrina y otorga prestigio inmediato a cualquier colección. Resulta ideal para quien desee poseer un reloj histórico con presencia, pureza estética y valor creciente en el mercado. Pocos objetos combinan emoción, belleza y legado como este cronógrafo.

Cada vez es más difícil encontrar ejemplares tan completos y tan bien preservados; por eso, tenerlo entre las manos despierta una sensación de oportunidad única. Es una pieza perfecta para un regalo significativo, para enriquecer cualquier colección de relojería fina o para disfrutar cada día como un símbolo de excelencia y tradición.

Medidas: 52 mm de diámetro.

Historia de Longines y sus Cronógrafos

La manufactura Longines, fundada en 1832 en Saint-Imier, Suiza, es una de las casas relojeras más antiguas con actividad ininterrumpida, que pronto cumplirá 200 años, todo un hito, y una de las pioneras en la precisión cronométrica. Desde finales del siglo XIX, Longines desarrolló calibres de cronógrafo que destacaban por su robustez, belleza mecánica y fiabilidad, convirtiéndose en referencia para competiciones deportivas, aplicaciones militares y usos profesionales. Entre 1890 y 1930, la firma produjo algunos de los cronógrafos más avanzados del mundo, y fue durante este periodo cuando comenzó a utilizar su famoso emblema del reloj de arena alado, símbolo que aún mantiene y que representa la unión entre tradición y progreso técnico.

Los cronógrafos Longines equipados con rueda de pilares eran especialmente apreciados por su suavidad de funcionamiento y por la calidad de sus acabados. Muchos de ellos se ajustaban a estándares cercanos al cronómetro, lo que incrementaba su reputación internacional. La marca obtuvo numerosas medallas en ferias mundiales y concursos de precisión, entre ellas la prestigiosa medalla de honor en la Exposición Universal de París de 1900, distinción que Longines incorporó como motivo decorativo en algunas de sus mejores cajas durante décadas.

La plata 0.900 fue un material habitual en los cronógrafos suizos de alta categoría de principios del siglo XX, pero Longines destacó por la pureza, la finura del grabado y la excepcional consistencia de sus cajas fabricadas o supervisadas por EFCo (Établissements Longines Francillon & Co.). El diseño de doble registro, presente en muchos de sus modelos entre 1890 y 1915, se convirtió en un sello estilístico inconfundible.

Hoy, los cronógrafos Longines de este periodo son muy buscados en colecciones internacionales por su importancia histórica, su belleza técnica y su notable capacidad de conservar valor a largo plazo. Su presencia en una colección no sólo aporta elegancia, sino también un pedazo auténtico de la historia de la relojería suiza.


Precio : 590 €
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