Antiguo Reloj de Bolsillo Autómata de Plata. Sonería a Cuartos. Suiza, ca. 1810-1820

 


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    Reloj de Bolsillo Autómata ca. 1810-1820    
     

Antiguo Reloj de Bolsillo Autómata de Plata. Sonería a Cuartos. J. Barth. Suiza, ca. 1810-1820


Referencia: BO-E-420



Este magnífico reloj de bolsillo suizo, datado circa 1810-1820 y firmado en la cuvette por J. Barth, es un ejemplo excepcional de la relojería de alta fantasía que caracterizó las primeras décadas del siglo XIX. Con caja de plata finamente trabajada y decorada con un grabado guilloché, ofrece una estampa sobria y elegante que contrasta maravillosamente con la exuberancia artística del dial. Su sonería a cuartos, perfectamente funcional, añade un componente acústico que intensifica la experiencia, generando un pequeño ritual cada vez que se acciona el gatillo. La melodía se coordina con la escena animada del frontal, dando vida a una composición única y profundamente cautivadora.

El dial destaca por su fondo en esmalte azul de extraordinaria presencia, que enmarca la esfera central blanca con numeración romana clásica. En torno a ella se representa una escena de autómatas jacquemarts africanos, vestidos con trajes tradicionales y elaborados con gran minuciosidad. Cada figura sostiene un pequeño martillo y, al activar la repetición, golpea las campanas doradas situadas sobre la esfera, sincronizadas con la sonería. Este tipo de relojes con figuras animadas formaban parte del gusto por lo exótico y lo teatral que imperó en los relojes de élite del periodo Imperio francés, por lo que posiblemente este es un reloj suizo para la exportación a Francia. La escena inferior, también dorada, completa la composición con motivos ornamentales que evocan flora exuberante y una estética fantasiosa muy propia de la época.

En el interior, la cuvette dorada grabada con la firma J. Barth encierra una maquinaria de platina completa dorada, volante calado y acabados tradicionales de excelente factura suiza. El conjunto funciona con suavidad, mostrando un mantenimiento cuidadoso a lo largo de los años. Tanto la marcha como la sonería responden correctamente, y los jacquemarts actúan con la precisión esperada en piezas de esta categoría. La esfera se conserva limpia y sin grietas visibles, el esmalte azul se mantiene en buenas condiciones y la caja, pese a la lógica pátina del tiempo, conserva su integridad estructural también en excelente estado.

Este reloj es una oportunidad extraordinaria para quien busque una pieza histórica de fuerte impacto visual y emocional. Su presencia despierta una fascinación inmediata. La escena autómata, tan bien preservada, mantiene intacto el encanto que cautivaba a los amantes de la relojería hace más de dos siglos, mientras que la sonería, precisa y plenamente operativa, aporta una musicalidad que envuelve cada gesto del mecanismo en un aura casi ceremonial.

Es ideal para lucir en una colección de relojería antigua, por la rareza del reloj. También es una pieza excelente para regalar a un amante de los relojes singulares, pues ofrece belleza, ingenio y la sensación de sostener un fragmento vivo de la historia relojera. Su rareza y su personalidad lo elevan por encima de la mayoría de piezas de su época, convirtiéndolo en un objeto capaz de emocionar y dejar una huella profunda en cualquier colección.

Medidas: 57 mm.

Historia de J. Barth, Relojero Suizo


La figura de J. Barth, identificado hoy como Joseph Barth, corresponde a un relojero suizo cuya actividad documentada se sitúa desde principios del siglo XIX, con talleres en Ginebra y posteriormente en La Chaux-de-Fonds. Su presencia en los directorios suizos especializados, como el Indicateur de l’Horlogerie, permite reconstruir parcialmente la evolución de su manufactura, que operó más adelante, bajo la razón social “J. Barth & Fils”. Aunque la documentación conservada es limitada, diversos estudios modernos y catálogos de subastas han permitido contextualizar su obra y destacar su relevancia dentro de la relojería técnica del periodo.

La firma J. Barth se distinguió por la elaboración de relojes de alta complicación, incluyendo repeticiones de cuartos y minutos, relojes rattrapante, piezas con segundero muerto e incluso ejemplos con autómatas, siguiendo la tradición suiza del siglo XIX por las escenas animadas. Muchas de estas piezas estaban destinadas a mercados internacionales, especialmente Sudamérica, Rusia y el Imperio Otomano, donde Barth colaboró con distribuidores de prestigio como Serkisoff & Co. o Andreas Huber, joyero de la corte bávara. La manufactura también adoptó avances técnicos externos, integrando mecanismos patentados y colaboraciones con otros relojeros para optimizar la sonería y la precisión cronométrica.

La relativa escasez de documentación ha contribuido al aura de misterio que rodea al relojero, pero las piezas firmadas que han sobrevivido revelan una clara inclinación hacia la excelencia técnica y el refinamiento estético. Hoy, los relojes J. Barth representan un fragmento importante del legado suizo del siglo XIX y encuentran su lugar natural en colecciones donde la historia y la habilidad mecánica son profundamente valoradas.


Precio : 3900 €
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