Reloj de Bolsillo Autómata Kelek, Sonería de 5 Minutos. Suiza, 1990

Este elegante reloj de bolsillo vintage Kelek, fabricado en Suiza alrededor de 1990, es una pieza que combina tradición, ingeniería relojera y un encanto escénico de inspiración clásica. Realizado en metal dorado de bello acabado, el reloj presenta en su tapa frontal un conjunto de figuras en relieve dorado sobre un fondo azul profundo: un personaje masculino que acciona un martillo para golpear la campana, otro personaje en actitud contemplativa y, en la parte inferior, un perro en posición de muestra durante la caza, con una pata levantada y el hocico apuntando hacia el frente, tal como corresponde a los perros entrenados para señalar la presa. Todo se integra en una composición armoniosa que evoca el gusto por los autómatas de los siglos anteriores.

El dial interior, limpio y equilibrado, está firmado KELEK y presenta numerales arábigos finos y agujas en acero pavonado. Esta claridad estética se complementa con su movimiento, un mecanismo con sonería de repetición de cinco minutos que se encuentra especialmente limpio y en perfecto estado de funcionamiento. Al pulsar el botón lateral, la figura autómata situada a la derecha levanta y acciona el martillo sobre la campana: un solo golpe marca cada hora con un gong claro y resonante, mientras que un doble gong indica cada intervalo de cinco minutos. La animación es precisa y fluida, transmitiendo la esencia de los clásicos jacquemarts que inspiraron este modelo.

El movimiento, dotado de 17 rubíes, muestra un nivel de conservación excelente, con materiales de calidad y un diseño propio de la tradición relojera suiza. La tapa trasera está decorada con un grabado floral en estilo clásico, incluyendo una flor de lis central rodeada de motivos vegetales finamente labrados. El borde estriado del carril aporta un detalle técnico que se integra con elegancia en la pieza.

El reloj se acompaña de su cadena original, que completa el conjunto. También incluye su estuche original de madera, cuyo interior claro realza el brillo del reloj. El único defecto del conjunto es un pequeño golpe en una esquina trasera del estuche, que no afecta ni a su estabilidad ni a su presentación general. Este reloj quedará espléndido en la vitrina de un coleccionista amante de los autómatas o en la decoración de un despacho elegante, donde aportará un punto de historia, sofisticación y movimiento. Además, no solo es una pieza para admirar: puede utilizarse perfectamente en el día a día, pues funciona con plena precisión y fiabilidad.

La oportunidad de adquirir una pieza así es excepcional: su estado casi nuevo, su impecable funcionamiento y su estética única lo convierten en un regalo ideal, un complemento emocionalmente evocador o un magnífico añadido a cualquier colección dedicada a la relojería suiza de inspiración clásica. Sus cualidades técnicas y artísticas, unidas a su impecable conservación, lo convierten en una pieza difícil de igualar.

Medidas: 50 mm (diámetro).

Historia de Kelek y los Relojes Autómatas

La firma Kelek fue fundada en 1896 en Suiza, país que desde hacía décadas ya era considerado el corazón de la relojería mecánica de alta precisión. A lo largo del siglo XX, Kelek se especializó en la fabricación de complicaciones y movimientos para otras casas relojeras, lo que la convirtió en un referente técnico dentro del sector. Estas bases la llevaron, en los años 80 y 90, a producir relojes propios de inspiración clásica, siempre con un nivel de acabado notable y una clara atención al detalle.

El presente reloj incorpora una sonería de repetición de cinco minutos, una complicación histórica que permite identificar la hora mediante secuencias acústicas de gong. Este sistema nació siglos atrás como una necesidad funcional en la oscuridad, pero con el tiempo se transformó en un símbolo de prestigio técnico. A ello se suma el jacquemart, un tipo de autómata que tiene su origen en relojes medievales y renacentistas, en los que figuras humanas golpeaban campanas siguiendo el paso del tiempo. En los relojes de bolsillo, estas pequeñas esculturas animadas se convirtieron en un alarde artesanal que combinaba arte y mecánica.

Kelek utilizó en muchos de sus relojes movimientos propios y también ébauches, término francés que designa los movimientos base o calibres incompletos que luego se ensamblan, ajustan y decoran según las especificaciones del fabricante final. Estos ébauches constituyen la base de gran parte de la relojería suiza tradicional, y su calidad determina en buena medida el rendimiento técnico y la longevidad del reloj.

Este modelo mezcla con acierto la herencia histórica del autómata y la repetición con la precisión moderna. Su diseño y ejecución reflejan tanto el respeto por la tradición como la capacidad técnica contemporánea de Kelek, ofreciendo una pieza que no solo es coleccionable, sino también plenamente utilizable y dotada de un encanto escénico que permanece vigente.