Antiguo óleo sobre cobre. Italia, Escuela Boloñesa, c. 1620-1640

Esta impresionante pintura devocional italiana del siglo XVII, realizada hacia 1620-1650, representa una intensa y conmovedora escena de la Pasión de Cristo: : La Flagelación de Cristo atado a la columna. La obra, ejecutada con maestría sobre una lámina de cobre de superficie pulida, responde a los cánones de la escuela septentrional italiana con afinidades boloñesas y ecos venecianos tardomanieristas, en línea con la influencia de los Carracci y de Palma il Giovane. Las características del modelado anatómico, el equilibrio compositivo y el uso de la arquitectura clásica de fondo refuerzan su origen en un entorno artístico profundamente influido por el catolicismo reformista y la producción de pequeños cuadros devocionales destinados al recogimiento privado.

La escena muestra a Cristo maniatado a una columna central, parcialmente cubierto con un paño blanco que ondea sutilmente. A su alrededor, tres sayones lo azotan con violencia contenida. A la izquierda, un verdugo de túnica roja flexiona la pierna en un gesto dinámico, mientras el central, con chaqueta verde, eleva una vara de mimbres apuntando burlonamente hacia su rostro. El tercer ejecutor, de espaldas y cubierto con un manto verde, acentúa la tensión de la composición con un gesto rotundo y musculoso. La luz que irradia del nimbo de Cristo guía la mirada del espectador y contrasta con las sombras profundas de la arquitectura en segundo plano. Esta combinación de iluminación puntual y claroscuro dramático crea una escena que, a pesar de la violencia representada, transmite dignidad y recogimiento espiritual.

La Flagelación de Cristo es uno de los episodios más conmovedores y representados de la Pasión según los Evangelios. Narra el momento en que Jesús, tras ser condenado por Poncio Pilato, es azotado por los soldados romanos antes de la Crucifixión. Esta escena, que no tiene una descripción detallada en los textos bíblicos, fue interpretada a lo largo de los siglos por los artistas cristianos con una intensidad emocional que combinaba el sufrimiento físico con la exaltación espiritual. Desde los primeros ciclos románicos hasta el barroco, la representación de la flagelación evolucionó desde imágenes simbólicas hasta composiciones teatrales de fuerte impacto visual.

En el contexto de la Contrarreforma, esta iconografía adquirió especial importancia en Italia y en los Países Bajos católicos, como vehículo de reflexión espiritual y devoción personal. El óleo sobre cobre se convirtió en uno de los formatos más buscados por coleccionistas y mecenas religiosos entre 1600 y 1650, gracias a su capacidad para representar detalles minuciosos y crear un efecto brillante e íntimo. Artistas como Rubens, Cigoli y Guido Reni realizaron versiones célebres de este tema. El tipo de pintura que aquí se presenta, con su expresividad contenida y su refinamiento técnico, se inscribe en esa rica tradición espiritual, reflejando la sensibilidad devocional de una época profundamente marcada por la introspección religiosa y el arte al servicio de la fe.

El soporte de cobre potencia la fineza del trazo y el brillo de los pigmentos, visibles especialmente en los matices de la piel y en los paños de colores intensos. Las capas delgadas de óleo y el uso sutil de veladuras logran una factura esmaltada característica de estas obras de gabinete. El formato vertical y las dimensiones reducidas sugieren que fue concebida para una colección privada de carácter religioso.

El marco que acompaña la obra es un trabajo historicista en madera dorada, ricamente tallado con roleos vegetales y acantos, propio de finales del siglo XIX. Conserva su dorado original con desgastes mínimos, que añaden carácter sin afectar su presencia estética. Este conjunto equilibrado y sobrio conserva todo su poder devocional y resulta ideal tanto para reintroducirlo en la Iglesia como para usarlo en una parroquia, rescatando su función litúrgica original.

Una oportunidad excepcional para coleccionistas de pintura antigua, para quienes valoran la espiritualidad intensa de la iconografía pasionista y la técnica refinada del óleo sobre cobre.

Medidas: 21 × 15 cm (8.27 × 5.91 in). Con marco: 30.5 × 24 cm (12 × 9.45 in).