Cámara Estereoscópica Antigua Monobloc con 2 Chasis Magasin. Francia c.1912

Esta antigua cámara estereoscópica Monobloc, fabricada en Francia alrededor de 1912, es una pieza extraordinaria tanto por su diseño como por su completo estado de conservación. Se trata de un modelo avanzado para su época, fabricado por V. Lièbe en París y destinado al exigente mercado de fotografía estereoscópica en formato 6 × 13 cm. Con su característico cuerpo metálico recubierto en cuero, sus hermosos objetivos con monturas de latón y su visor abatible, esta cámara demuestra la elegancia técnica y estética que marcó a los fabricantes franceses del primer cuarto del siglo XX. El número de serie 2389, situado en la parte frontal del cuerpo, confirma que se trata de un ejemplar temprano dentro de la producción total del modelo, lo que incrementa notablemente su valor como pieza histórica y de colección.

El frontal destaca por la presencia de dos objetivos estereoscópicos con monturas doradas, donde el contraste crea una imagen visual inconfundible. Las lentes están limpias, transparentes y en excelente estado óptico, algo poco habitual en cámaras de más de cien años. A ambos lados se conservan las tapas originales, un detalle muy apreciado por coleccionistas. Sobre el panel frontal encontramos la placa con las especificaciones de enfoque, los diafragmas numerados y la referencia a las patentes francesas S.G.D.G., típica inscripción de los instrumentos de precisión fabricados en Francia antes de 1968. Todo ello presenta un bello envejecimiento natural, sin pérdidas importantes y manteniendo la nitidez de cada inscripción.

El visor superior abatible funciona perfectamente y muestra el sistema característico del modelo. En la zona lateral derecha se conserva la placa del fabricante V. Lièbe, con su dirección parisina, fijada sobre el cuero original. El conjunto desprende autenticidad en cada detalle, desde las cabezas de los remaches hasta la textura del recubrimiento.

La cámara se acompaña de dos rarísimos chasis metálicos magasin para múltiples placas 6×13 cm. Cada chasis incorpora su sistema de paso de placa, permitiendo disparar secuencias sin necesidad de abrir la cámara constantemente. Ambos chasis conservan la inscripción grabada “MONOBLOC – CHASSIS MAGASIN Bté S.G.D.G.” perfectamente legible. Este sistema multicarga, muy avanzado para su época, convierte el conjunto en una pieza especialmente deseada por los amantes de la fotografía estereoscópica histórica. El interior de la cámara, se encuentra limpio, completo y sin alteraciones posteriores.

El estado general es magnífico para una pieza con más de un siglo de antigüedad: el obturador funciona, los controles responden con suavidad, y la cámara mantiene su presencia majestuosa sin elementos faltantes. El leve desgaste del cuero y del lacado negro no disminuye su belleza; al contrario, aporta un encanto auténtico que solo las cámaras históricas bien conservadas poseen. Es una pieza decorativa excepcional que destacará en la estantería de un aficionado a la fotografía antigua, y una joya técnica digna de integrar cualquier colección avanzada de cámaras estereoscópicas.

Poseer un ejemplar así es asegurarse una pieza de colección con solidez histórica, atractivo estético y un altísimo valor futuro; la belleza de sus materiales y la precisión de su ingeniería la convierten en un objeto verdaderamente irresistible. Quien la adquiera disfrutará de un instrumento que combina historia, mecánica y elegancia como pocas cámaras en el mercado actual, aportando carácter y distinción a cualquier colección. Además, su imponente presencia, unida a la rareza del modelo, su perfección técnica y la excepcional preservación que muestra, junto con la completa dotación de chasis y accesorios originales, la convierten en una oportunidad extraordinaria para incorporar una pieza única y llena de encanto, capaz de destacar como elemento protagonista en una vitrina especializada o en una estantería dedicada a la historia de la fotografía.

Medidas: 17 cm × 8,5 cm × 7,3 cm (6.69 in × 3.35 in × 2.87 in).

Historia de la Monobloc

La cámara Monobloc es una de las creaciones más representativas del fabricante francés V. Lièbe, activo en París durante las primeras décadas del siglo XX. Aunque no se conservan demasiados datos biográficos sobre Viktor o Victor Lièbe, sí se conoce que estableció su taller en la Rue Hautefeuille, en pleno corazón del distrito VI de París, una zona con intensa actividad artesanal y técnica relacionada con la óptica y la instrumentación científica. Durante los años previos a la Primera Guerra Mundial, París fue uno de los principales centros internacionales de producción de cámaras estereoscópicas, compitiendo directamente con Alemania y Austria por la supremacía tecnológica en el emergente mercado de la fotografía doméstica y avanzada.

Los modelos Monobloc destacaron por su construcción sólida y por la adopción de un cuerpo metálico, mucho más resistente que las cajas de madera utilizadas por otros fabricantes contemporáneos. Esta robustez permitió incorporar sistemas de precisión como la palanca panorámica o el enfoque sincronizado entre ambos objetivos. La marca se especializó en cámaras estereoscópicas de formato 6×13 cm, un estándar muy popular en Francia gracias a su excelente balance entre portabilidad y calidad visual. Este formato, combinado con la excelencia óptica de los objetivos franceses, convirtió a la Monobloc en un instrumento muy apreciado por viajeros, científicos y aficionados cultos.

Entre 1911 y 1922, la producción de la Monobloc experimentó distintas variantes, incorporando mejoras técnicas y estéticas que reflejaban los avances de la época. Los primeros modelos, como el ejemplar fechado hacia 1912, se caracterizan por números de serie bajos, por el cuero con grabados distintivos y por monturas de latón bellamente mecanizadas. Con el tiempo, la marca amplió sus accesorios, entre ellos los chasis magasin multicarga, que permitían aumentar notablemente la eficiencia en la toma de fotografías estereoscópicas sin necesidad de manipular placas individualmente.

Las cámaras Monobloc, aunque producidas durante un periodo relativamente breve, lograron un reconocimiento notable dentro del ámbito coleccionista del siglo XX. Su calidad constructiva, su relativa escasez y su combinación de metal, cuero y latón las han convertido en piezas muy buscadas. Hoy en día representan no solo un capítulo esencial en la historia de la fotografía francesa, sino también un testimonio del refinamiento técnico alcanzado por los fabricantes de París en la era previa a la estandarización industrial de las cámaras de mano.