Antigua Cámara Estereoscópica Jules Richard. Le Glyphoscope. Francia ca.1915

Esta magnífica Jules Richard Le Glyphoscope, formato 45x107, fabricada en París, Francia, alrededor de 1915, es uno de los modelos estereoscópicos más emblemáticos y apreciados dentro de la historia de la fotografía francesa. Concebida para ofrecer imágenes tridimensionales de calidad excepcional en un formato portátil, la cámara combina diseño inteligente, mecánica sólida y una estética clásica que hoy resulta irresistible para coleccionistas y amantes del material fotográfico antiguo. El ejemplar que presentamos destaca por su excelente estado de conservación, su mecánica plenamente funcional y la presencia de accesorios originales, incluyendo un rarísimo módulo frontal con filtros de tres posiciones.

El cuerpo de la cámara, realizado en metal lacado en negro, conserva su presencia elegante y sobria, con superficies lisas que demuestran el buen trato que ha recibido durante más de un siglo. El frontal metálico, donde se encuentran los dos objetivos estereoscópicos, mantiene su estructura firme, mostrando únicamente ligeros roces y una pátina superficial derivada del uso. Estos signos de desgaste son coherentes con su antigüedad, y aportan un encanto auténtico sin afectar en absoluto al rendimiento de la cámara.

El obturador funciona correctamente, respondiendo al accionamiento. El visor plegable lateral está completo, con su cristal intacto y las líneas de encuadre todavía visibles; se despliega con firmeza, sin holguras y con la elegancia que caracteriza a los aparatos de Jules Richard.

El lote se completa con dos chasis en muy buen estado, ideales para conservar la autenticidad del conjunto, y con un accesorio excepcionalmente raro: un módulo frontal con filtros circulares montados sobre una placa metálica deslizante, diseñado para colocarse directamente sobre las lentes. Este accesorio permite seleccionar entre tres posiciones diferentes, ampliando las posibilidades creativas y técnicas del fotógrafo. La presencia de este complemento poco común incrementa significativamente el interés y valor del conjunto, pues rara vez aparece acompañado de cámaras de este tipo.

El Glyphoscope que presentamos es una de esas piezas que capturan la esencia de la fotografía estereoscópica en su mejor momento. Su estado general, su funcionamiento y la presencia de accesorios originales hacen que sea ideal tanto para completar una colección de cámaras históricas como para lucirla en la decoración de un estudio, biblioteca o espacio dedicado a la fotografía. Su forma compacta, su diseño refinado y su increíble historia la convierten en un objeto cargado de significado cultural y técnico.

En un mercado donde cada vez es más difícil encontrar ejemplares completos y funcionales, este Glyphoscope ca.1915 representa una oportunidad extraordinaria. Su belleza, su rareza y su fantástica conservación lo convierten en una pieza que merece ser apreciada sin reservas. No dejes pasar la oportunidad de incorporarla a tu colección o de regalarla a esa persona especial.

Medidas: 13 × 7,5 × 6 cm (5,12 × 2,95 × 2,36 in).

Historia de Jules Richard y el Glyphoscope

La historia del Glyphoscope está estrechamente vinculada a la empresa fundada por Jules Richard en París a finales del siglo XIX. La firma Richard se convirtió en una referencia mundial gracias a sus avances en cámaras estereoscópicas y visores, responsables de popularizar la imagen en relieve en la época dorada del estereoscopismo. El estereoscopio no era solo un entretenimiento doméstico, sino también una herramienta educativa y documental que permitía a personas de todo el mundo contemplar escenas lejanas con una profundidad sorprendente. Este entusiasmo por la tridimensionalidad impulsó la creación de cámaras compactas capaces de producir dos imágenes simultáneas alineadas con precisión.

El Glyphoscope surgió como una evolución natural dentro de esta tradición. Su diseño buscaba ofrecer una cámara más ligera, económica y accesible, sin sacrificar la calidad óptica ni la precisión mecánica. Fabricado desde comienzos del siglo XX, y especialmente alrededor de 1910–1920, el Glyphoscope representó una de las soluciones más exitosas para los aficionados que deseaban iniciarse en la fotografía estereoscópica. Su cuerpo compacto, su obturador fiable y su visor plegable hicieron que se convirtiera rápidamente en una herramienta versátil. El sistema de chasis y el cristal de enfoque permitieron a los usuarios trabajar con un control absoluto de la nitidez, algo fundamental en fotografía en relieve, donde la alineación exacta de las imágenes determina el efecto final.

Jules Richard desempeñó un papel esencial en la democratización de esta técnica. Su empresa producía no solo cámaras, sino también visores, placas estereoscópicas y accesorios, creando un ecosistema completo que impulsó la popularización del medio. El Glyphoscope ocupó un lugar central en ese catálogo, especialmente durante los años previos y posteriores a la Primera Guerra Mundial, cuando el interés por documentar lugares, paisajes y escenas cotidianas mediante imágenes tridimensionales alcanzó un punto álgido.

Hoy el Glyphoscope es profundamente valorado por los coleccionistas debido a su importancia histórica y su cuidadosa ingeniería. Su diseño compacto representa un equilibrio excepcional entre funcionalidad y elegancia industrial. Los ejemplares completos, especialmente aquellos que conservan accesorios adicionales como filtros o chasis originales, son cada vez más difíciles de encontrar. Esta pieza, por tanto, no solo es un objeto de colección: también es un testimonio directo de una época en la que la fotografía se convirtió en una ventana tridimensional al mundo.