Antigua Cámara Kodak Folding Pocket No.3 Mod. C-2. USA 1900-1910

Esta magnífica Kodak Folding Pocket No. 3 Model C-2, fabricada entre 1900 y 1910, pertenece a una de las series más interesantes de las primeras cámaras de fuelle producidas en Rochester por Eastman Kodak Co. La pieza que presentamos destaca inmediatamente por su porte compacto, su bellísimo fuelle rojo y la elegante carcasa revestida en cuero marrón texturado, elementos que evocan la estética refinada de la fotografía portátil de principios del siglo XX. Se trata de una cámara diseñada para película tipo 118 mm, destinada a usuarios que buscaban un aparato robusto, fiable y capaz de producir negativos de gran formato dentro de un cuerpo sorprendentemente manejable para su época. El ejemplar se conserva íntegro.

La construcción combina un armazón metálico firme y bien ajustado con un revestimiento exterior en cuero granulado que protege eficazmente el interior y otorga una presencia historicista muy atractiva. El sistema de apertura frontal se despliega suavemente y permite que el fuelle rojo, uno de los elementos más distintivos del modelo, extienda su estructura con una geometría perfectamente simétrica. Este fuelle mantiene una flexibilidad notable y lo más importante: conserva totalmente la estanqueidad, sin fugas de luz, algo especialmente valorado en cámaras con más de un siglo de vida. Los herrajes metálicos muestran su acabado original, con un brillo limpio y sin corrosión apreciable, mientras que la solapa frontal, el asa superior y la parte trasera mantienen su integridad estructural con solo los lógicos signos de uso propios de su edad.

El conjunto óptico está formado por un objetivo montado en un obturador automático Eastman Kodak, claramente visible en las inscripciones del frontal. El obturador funciona con precisión y responde correctamente en sus modos T y B, así como en las velocidades marcadas. El objetivo presenta lentes limpias, sin velos ni hongos visibles, permitiendo todavía una formación de imagen sorprendentemente nítida. El visor plegable lateral mantiene su alineación y se acciona con suavidad, mostrando un grado de conservación poco habitual en cámaras de esta serie.

La tapa interna conserva las inscripciones originales con las fechas de patentes —desde 1885 a 1898, y la marca Eastman Kodak Co., lo que resulta especialmente valioso para la autenticidad de la pieza y nos sitúa más cerca del año 1900 que de 1910. El sistema interior para la película 118 mm se mantiene completo, con rodillos, guías y alojamientos en excelente estado, listos para recibir rollo fotográfico si se desea emplearla en modo funcional. Aunque los signos de uso sobre el cuero exterior del dorso son visibles, no afectan en absoluto a la integridad de la pieza y aportan un encanto tímidamente melancólico que subraya su carácter centenario.

Por su rareza, ya que este modelo C-2 es difícil de encontrar en el mercado, y su excepcional conservación, la cámara es una oportunidad espléndida para cualquier amante de la historia fotográfica. Sería una pieza espectacular en la vitrina de un coleccionista o en la decoración de un estudio o salón dedicado al arte visual. Ofrece presencia, coherencia histórica y una calidad mecánica admirable para su edad, convirtiéndose en un objeto con alma propia que transmite la belleza de lo auténtico.

Esta cámara reúne diseño, historia y autenticidad. Una pieza así, en tan buen estado operativo, difícilmente vuelve a aparecer y es una adquisición que conecta al coleccionista con el origen mismo de la fotografía portátil. Su atractivo histórico y estético invita a disfrutarla cada día. Es una cámara que emociona, que inspira y que puede convertirse en el punto focal de cualquier colección. Y además, su estado de funcionamiento realza aún más su valor.

Adquiérela sin dudarlo: esta Kodak, rara y bien conservada, es una de esas oportunidades que escapan rápidamente.

Medidas: 19,5 × 11,5 cm (7,68 × 4,53 in).

Historia de Kodak Folding Pocket No. 3

La serie Kodak Folding Pocket representó uno de los pasos más importantes en la evolución de la fotografía portátil a comienzos del siglo XX. Eastman Kodak Co., fundada por George Eastman en 1888 en Rochester, revolucionó la fotografía al introducir cámaras que cualquiera podía utilizar sin necesidad de conocimientos profundos. Sus primeros modelos empleaban película en rollo, un invento que transformó la práctica fotográfica al reemplazar las frágiles placas de vidrio. Dentro de este contexto, la línea Folding Pocket fue fundamental: combinaba la portabilidad de los primeros roll-film con la calidad de imagen de un negativo grande, lo que la hizo especialmente popular entre viajeros, aficionados avanzados y fotógrafos documentales.

La Kodak Folding Pocket No. 3 utilizaba película tipo 118, introducida por la propia compañía para obtener negativos de gran tamaño aptos para impresiones de excelente calidad. La serie tuvo varias variantes, entre ellas el Model C-2, producido aproximadamente entre 1900 y 1910, que introdujo mejoras en el obturador, un frontal más refinado y un sistema de enfoque más preciso. Estas cámaras fueron parte de una generación diseñada en una época en la que Kodak buscaba ofrecer aparatos sofisticados pero portátiles, capaces de competir con cámaras de fuelle europeas que dominaban el mercado desde finales del siglo XIX.

La fabricación de estos modelos coincidió con un momento de expansión global de Kodak, que ya contaba con instalaciones en Estados Unidos, Europa y Canadá. La firma perfeccionaba constantemente su película en rollo y producía cámaras destinadas a distintos segmentos del mercado. El Model C-2 formó parte de esta etapa de innovación continua, donde se consolidaban avances como obturadores automáticos más fiables, visores plegables compactos y mecanismos internos de arrastre de película cada vez más precisos.

Hoy, más de un siglo después, la Kodak Folding Pocket No. 3 C-2 se considera una cámara históricamente relevante, especialmente apreciada por coleccionistas debido a su corta producción y a su complejidad mecánica comparada con otros modelos contemporáneos más comunes. Su presencia en el mercado actual es limitada, lo que le otorga un claro valor añadido como pieza para colecciones especializadas.