Antiguo Cáliz de Plata con Patena de Plata, España o Italia, c. 1940

Este magnífico conjunto litúrgico, compuesto por cáliz y patena, representa un ejemplo excepcional de la orfebrería religiosa de mediados del siglo XX. Elaborado artesanalmente en plata maciza, su factura revela el trabajo esmerado de un taller especializado, posiblemente en España o Italia, hacia 1940. Se trata de un conjunto de marcada presencia, ideal tanto para su uso eclesiástico como para integrar una colección de arte sacro.

El cáliz, de generosas proporciones y elegante diseño, destaca por su rica ornamentación repujada de inspiración barroca. Espigas de trigo, hojas de acanto, motivos florales en jarrones y rocallas se entrelazan en una composición armoniosa y profundamente detallada. Estos motivos cubren por completo la base, el nudo y el tercio inferior de la copa, creando un relieve de gran volumen que capta la luz con efectos dramáticos. La copa, con su interior dorado, se alza grácilmente desde el tallo profusamente decorado, cumpliendo con los cánones litúrgicos tradicionales que exigen un interior dorado para el contacto con la Eucaristía.

La base del cáliz está contrastada con el sello “800”, testimonio de su composición en plata de 800 milésimas, una aleación ampliamente utilizada en Italia y ocasionalmente en España durante la primera mitad del siglo XX. Este contraste, ubicado junto al tornillo de fijación inferior, refuerza su autenticidad como pieza de orfebrería de calidad, destinada a durar generaciones.

En Italia y España, la tradición orfebre en torno al cáliz litúrgico ha sido particularmente rica. En Italia, especialmente en regiones como Toscana y Lombardía, se desarrollaron talleres con altísima especialización en arte sacro. En España, la tradición se mantuvo viva gracias a gremios como el de plateros de Córdoba y Sevilla, entre otros. Durante el siglo XX, a pesar de las transformaciones industriales, la producción artesanal de cálices de plata se mantuvo viva en algunos talleres especializados, como parece ser el caso de este conjunto.

La patena, sobria y refinada, presenta forma circular clásica y una superficie completamente dorada. En su reverso aparecen contrastes españoles correspondientes a plata de ley, lo que sugiere que esta parte del conjunto podría haberse producido o vendido en España. Su superficie dorada muestra un leve desgaste litúrgico, perfectamente coherente con el uso reverente que ha tenido a lo largo de las décadas. Este desgaste no afecta en absoluto su valor ni su funcionalidad.

El estado de conservación general del conjunto es excelente, sin reparaciones visibles ni deformaciones, lo que evidencia el cuidado recibido. Las marcas de uso son mínimas y aportan carácter sin restar atractivo. El espesor de la plata, la fineza del trabajo de repujado y el equilibrio estético de las proporciones hablan de una producción meticulosa, muy distinta de las manufacturas industrializadas del mismo periodo.

Un conjunto verdaderamente imponente, que transmite devoción y elegancia. Perfecto para reintroducirlo en la Iglesia, para usarlo en una parroquia, o bien para formar parte de una colección especializada en arte sacro. Su estética sobria pero majestuosa lo hace también idóneo para decorar capillas privadas o vitrinas temáticas de orfebrería religiosa.

Una pieza con alma, digna de prolongar su historia en manos que sepan valorarla.

Medidas: Cáliz: 27,8 × 16,2 × 9 cm (10,94 × 6,38 × 3,54 in). Patena: 13,8 cm (5,43 in). Peso: 674 g (cáliz 603 gramos y patena 71 gramos).