Antiguo abanico chino de plata y esmalte Cloisonné, China, circa 1900

Antiguo abanico chino de plata y esmalte cloisonné, una pieza de gran calidad y poco común dentro del coleccionismo especializado en artes decorativas chinas. A diferencia de los abanicos europeos de país o de los abanicos plegables con hoja de papel o seda, este ejemplar está formado exclusivamente por varillas de plata esmaltada, lo que lo convierte en un objeto escultórico único, concebido desde su origen como pieza de lujo, prestigio y distinción.

El abanico está realizado íntegramente en plata maciza dorada, trabajada con una filigrana extremadamente fina, muy bien ejecutada y muy bien conservada. Sobre este fondo se disponen delicados esmaltes cloisonné auténticos en una cuidada paleta de tonos azules y verdes. El trabajo del esmalte es especialmente destacable, y los colores conservan una gran intensidad y uniformidad, están completos y bien definidos por el hilo metálico. Encontrar un abanico de esta época con el cloisonné tan bien conservado es poco habitual y supone uno de los grandes atractivos de esta pieza.

La decoración desarrolla un paisaje chino tradicional, continuo a lo largo de las varillas y pensado para leerse al abrir el abanico. Aparecen pabellones de arquitectura tradicional con tejados angulares, aves, vegetación, árboles integrados en el entorno, una figura humana estilizada…, todo ello esmaltado en verde y azul. Los extremos de las varillas muestran motivos florales repetidos, también esmaltados, muy bien proporcionados, que refuerzan la sensación de orden y refinamiento.

En la parte superior de las varillas, justo antes del remate redondeado, se conserva la cinta verde que recorre todo el abanico y mantiene unidas las varillas. La cinta, aunque no pensamos que sea la original de cuando se fabricó el abanico, tiene ya cierta antigüedad y presenta una rotura en uno de los extremos, visible en las fotografías, producida por el uso, el paso del tiempo y el roce sobre el tejido. Se trata de un detalle habitual en piezas de esta edad y fácilmente sustituible si se desea, sin afectar al valor decorativo y/o coleccionista del abanico.

Especial atención merece la varilla exterior principal, más ancha y ricamente trabajada en relieve continuo. La escena se lee en vertical y muestra una palmera en la parte superior, un hombre de pie que sostiene un objeto alargado en la mano y un árbol que simula un pino con vegetación en su base. Seguidamente se ve un motivo ondulado de movimiento sinuoso que simula una ola de mar, una figura masculina vestida con traje y sombrero tradicional chino. Más abajo aparece una pagoda, y bajo la pagoda se distinguen claramente nubes en relieve. Ya cerca de la punta final de la varilla, la composición se remata con una decoración vegetal, que cierra la escena con un toque elegante. Es un relieve bonito, bien definido y muy decorativo.

El eje conserva una arandela blanca, probablemente de nácar, un detalle habitual en abanicos antiguos de cierta calidad. El abanico presenta un estado de conservación muy bueno para su antigüedad. Existe una reparación antigua en una de las varillas exteriores principales, visible claramente en las fotografías, correctamente integrada y sin afectar al atractivo visual ni al uso decorativo del abanico.

Por su rareza, la calidad de su ejecución y la excelente conservación del cloisonné, este abanico es una pieza difícil de encontrar hoy en día, especialmente atractiva para coleccionistas interesados en antigüedades chinas auténticas de finales del siglo XIX o principios del XX. La calidad del trabajo en plata sobredorada y la belleza del esmalte cloisonné con colores vivos y bien conservados, aparecen rara vez en el mercado de las antigüedades.

Medidas: 32,5 cm de ancho abierto × 18,5 cm de alto (12,8 in × 7,28 in).

Historia del Abanico Chino de Plata Cloisonné

El abanico ocupa un lugar destacado en la cultura china desde la antigüedad, no solo como objeto funcional, sino como símbolo de estatus, erudición y refinamiento. Durante las dinastías Ming y Qing, los abanicos rígidos y plegables se convirtieron en soportes artísticos donde convergían pintura, poesía, talla y metalistería. En particular, los abanicos de varillaje metálico estaban reservados a las élites urbanas y a contextos ceremoniales o cortesanos.

La técnica del cloisonné, introducida en China a partir de influencias centroasiáticas y perfeccionada a lo largo de los siglos, alcanzó un alto nivel técnico durante los siglos XVIII y XIX. El proceso consiste en soldar finísimos hilos metálicos sobre una base para crear compartimentos que se rellenan con esmaltes vítreos de distintos colores, sometidos a múltiples cocciones. Se trata de una técnica compleja, costosa y reservada a talleres especializados.

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, China produjo objetos de plata cloisonné destinados tanto al mercado interno como a la exportación hacia Europa y Estados Unidos, donde estas piezas fueron muy apreciadas por su exotismo, calidad y riqueza decorativa. Los abanicos formaban parte de este comercio de alto nivel, combinando iconografía tradicional con una ejecución pensada para satisfacer a un público exclusivo de alto nivel.

Hoy en día, los abanicos chinos antiguos de plata cloisonné son piezas muy buscadas en el mercado internacional por su rareza, su complejidad técnica y su fuerte carga cultural. Encontrar un ejemplar bien conservado, completo y con una decoración tan rica y coherente como este es cada vez menos habitual, lo que lo convierte en una pieza de notable interés coleccionista y decorativo.