Referencia: AR-E-121
Este extraordinario icono religioso, datado entre los siglos XVII y XVIII, es una pieza única que combina la devoción y el arte en un objeto de gran valor histórico y espiritual. El marco, exquisitamente elaborado en plata, muestra un diseño detallado y una ornamentación meticulosa, que refleja la maestría de los artesanos de la época. La plata, con su elegante pátina, resalta la antigüedad y autenticidad del marco, proporcionando un hermoso contraste con las imágenes que contiene.
En una cara del icono, encontramos una antigua pintura de la Virgen María con el Niño Jesús. Esta representación, posiblemente ejecutada sobre cobre, destaca por la ternura y la expresividad de los rostros, así como por el uso de colores vibrantes y detalles dorados que confieren un aire sagrado a la escena. La Virgen, con su manto verde y detalles dorados, sostiene al Niño Jesús, que se muestra con una mirada dulce y serena. La técnica empleada sugiere influencias del arte bizantino, con una fuerte devoción en los detalles y en la simbología religiosa.
En la otra cara del icono, se presenta una imagen de San Pablo. Este grabado, probablemente coloreado a mano, captura la esencia del apóstol con una precisión impresionante. San Pablo, con su característica barba y vestimenta, se muestra en una postura contemplativa, portando un libro que simboliza sus epístolas y su contribución a las Escrituras. Los colores utilizados en el grabado, aunque sutiles, aportan profundidad y vida a la imagen, realzando su presencia devocional.
Este icono, con su antigüedad y su meticulosa elaboración, es testimonio de la rica historia de la devoción cristiana. Los iconos de la Virgen con el Niño y de San Pablo son particularmente venerados, representando la maternidad divina y la sabiduría apostólica, respectivamente.
Este icono no solo es una manifestación de fe, sino también una obra de arte que ha resistido el paso del tiempo. Es ideal para reintroducirlo en la Iglesia, para usarlo en una parroquia, o como pieza central en una colección de antigüedades religiosas, donde su belleza y su significado espiritual puedan ser apreciados en todo su esplendor.
Medidas: 10.6 cm x 7.7 cm (4.17 in x 3 in).
Historia del Icono:
La tradición de los iconos religiosos se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando estas imágenes se utilizaban para veneración y como medios de enseñanza religiosa. Los iconos, especialmente en las iglesias ortodoxas, eran considerados ventanas hacia lo divino, objetos sagrados que permitían una conexión más profunda con Dios y los santos.