Antigua Pletina Mecánica para Microscopio Leitz. Alemania, Circa 1900

Antigua pletina mecánica para microscopio Leitz en su estuche original, magníficamente conservada y completa. Esta pletina para ajuste micrométrico procede de Alemania, donde fue fabricada circa 1.900. A pesar de su antigüedad, se encuentra en excelente estado de conservación y permite acoplarla a un microscopio de la misma marca, para poder desplazar las muestras al milímetro y colocarlas justo bajo la lente sin tocarlas con los dedos. El mecanismo de la pletina combina tres acabados de metal: latón, cobrizo y plateado, creando una pieza llena de un encanto singular y de una funcionalidad que ha sobrevivido sin inmutarse al paso de las décadas.

En una de las piezas que incluyen escalas graduadas podemos ver el nombre del fabricante, LEITZ WETZLAR, claramente grabado en el metal. Este nombre (en este caso completo, con la E de Ernst) también aparece grabado en la tapa del estuche. La pletina constituye una magnífica pieza de ingeniería mecánica, con una resistencia y una precisión dignos del prestigio de la marca fabricante. El estuche está revestido de piel negra por el exterior, y de terciopelo granate por el interior. El revestimiento de piel está desgastado por los bordes y se encuentra ligeramente deteriorado, mientras que el terciopelo permanece en buenas condiciones. El cierre es original y todavía funciona.

Esta fantástica y antigua pletina mecánica para microscopio Leitz es un gran ejemplo de la calidad de la ingeniería óptica alemana de principios del siglo XX, siendo un artículo perfecto para una buena colección.

Historia de Ernst Leitz Wetlzar

Los inicios de la célebre firma de material óptico Enrst Leitz Wetzlar se encuentran en la primera mitad del siglo XIX, cuando Carl Kellner, mecánico y matemático autodidacta, fundó el Carl Kellner Optisches Institut en la localidad alemana de Wetzlar. Tras su temprana muerte, su viuda continuó con el negocio. En 1864, el ingeniero mecánico Ernst Leitz entró en la empresa; tras solo cinco años se hizo con el control y cambió su nombre por el de Ernst Leitz Wetlzar. Leitz llevó la empresa al éxito tras introducir mejoras como la producción en serie, que logró un gran incremento del volumen de ventas a partir de 1871. Los microscopios de Leitz incluían mejoras técnicas que aumentaban su calidad, lo que hizo que para finales del siglo XIX la empresa tuviera ya un sólido prestigio a nivel mundial. Ernst Leitz murió en 1920, y la empresa pasó a manos de su hijo. Además de por la fabricación de microscopios y material óptico, la firma Leitz aumentó considerablemente su fama gracias a la producción de las célebres cámaras fotográficas Leica (abreviatura de Leitz Camera).