Máquina de Escribir Rheinmetall. Antigua. Alemania, 1931

Antigua máquina de escribir Rhenimetall fabricada en Alemania en 1931, muy bien conservada y con todo el encanto de las antigüedades de oficina de la primera mitad del siglo XX. La máquina presenta una estética sobria y actual, a pesar de tener cerca de 90 años de antigüedad. Funciona muy bien y se puede utilizar para mecanografiar documentos, al igual que como pieza decorativa. El cuerpo de hierro fundido está cubierto por un acabado lacado en negro brillante, original de época y en magníficas condiciones. La laca está lisa, brillante y regular: sobre su fondo oscuro, las inscripciones doradas destacan con fuerza.

Sobre el carro podemos ver la firma con el nombre de la marca Rheinmetall impreso en letras doradas. Encima del teclado aparece el mismo logotipo situado a la izquierda, mientras que a la derecha podemos ver el nombre de la fábrica (RHEINMETALL BORSIG). Todas las inscripciones son originales y se conservan en un estado prácticamente impecable, aportando una belleza muy singular a la sobria máquina de escribir. El teclado, por su parte, está formado por piezas circulares de baquelita negra con símbolos en blanco, así como seis teclas rojas para las capitulares y otras funciones. Todas ellas están en muy buenas condiciones y funcionan a la perfección, permitiendo disfrutar a fondo del manejo de la máquina.

Tan elegante como funcional, esta antigua máquina de escribir Rheinmetall es la pieza perfecta para completar la decoración de una estancia especial.

Historia de las máquinas Rheinmetall

Las máquinas de escribir Rheinmetall eran fabricadas por la empresa alemana del mismo nombre, fundada en 1890 para la manufactura de armas y material para artillería. Antes de la I Guerra Mundial la empresa era muy potente, pero tras la contienda sufrió una crisis que condujo a sus responsables a extender la producción a “objetos para la paz”. Fue entonces cuando la fábrica empezó a producir máquinas de escribir y calculadoras de molinete. En el año 1933 Rheinmetall se fusionó con la empresa de armas A. Borsig, y en 1938 mantuvo una estrecha relación con el gobierno nazi, debido a la participación de Hermann Goering en la empresa.